Bélgica medieval

Podríamos catalogar a Bélgica como el único lugar del mundo que aún conserva intactas todas sus vivencias del medioevo. Se trata de un destino estratégicamente ubicado, en el centro de Europa; posición que le permitió ser testigo de cruzadas, conquistas y enfrentamientos durante la Segunda Guerra Mundial. Sin duda, un país con miles de lugares por descubrir.

Tipo: continental templado
Temperatura: norte: media de 2ºC en invierno y 18ºC en verano. Zona centro: invierno: con muchas nevadas. Verano: temperatura promedio de 25ºC.

Si de Edad Media hablamos, Brujas es el sitio ideal para hacer conocer a fondo la época medieval. Como congelada en el tiempo, esta ciudad fue construida alrededor de una fortaleza perteneciente al siglo IX; repleta de canales aprovechados para el comercio, características muy importantes para Europa.
Su nombre proviene del noruego antiguo «Bryggia», que significa puentes, muelles, atracaderos. Por sus canales aún pasean los cisnes que un día se instalaron en Brujas para no irse jamás.
Luego de una etapa de decadencia la ciudad fue restaurada, hecho que la transformó en la ciudad más visitada de Bélgica .

Entre los lugares imprescindibles de visitar se encuentra la Plaza Mayor, Grote Markt, centro citadino donde se realizaban las ferias medievales y las ejecuciones públicas. Ya sabés, si querés sentirte todo un belga, tenés que recorrer el su mercado los días sábado.

Por su parte, Belfort, la torre más alta y significativa de Brujas ofrece vistas panorámicas preciosas desde su campanario milenario; punto de encuentro de los vendedores de telas y tapices.

También recomendamos visitar la plaza Brug, repleta de historia; donde se hallan el edificio del Ayuntamiento y la Iglesia de la Santa Sangre, que guarda un frasco con la supuesta sangre de Cristo.

La ciudad de Gante es muy similar a Brujas . Sin embargo, esta localidad tuvo un gran papel industrial durante el siglo XIX, debido a su producción textil; y es sede de la gran Universidad de Gante . De sus 250.000 habitantes, 45.000 son estudiantes. Se trata de una región festiva y alegre, con el festival de teatro más grande de toda Europa.

Durante las expediciones vikingas, Balduino I de Flandes edificó un castillo para proteger los monasterios de San Pedro y San Bavón. Su red de canales es un poco más pequeña que su ciudad vecina.

Visitar su Catedral, construída durante más de trescientos años, permite conocer de cerca el estilo barroco y sus pinturas. La Basílica honra a San Bravo, antiguo noble de Gante que donó toda su fortuna a los más necesitados y se consagró religioso. Allí se exhibe La Adoración del Cordero Místico, renombrada pintura de Jan van Eyck.

El Castillo Gravensteen contiene un museo con una exposición de instrumentos de tortura utilizados cuando el edificio funcionaba como cárcel y fortaleza para quienes participaban de las cruzadas a Tierra Santa.

Ya frente a una ciudad mucho más moderna, capital del país y sede de la Unión Europea; el paisaje de Bruselas se convierte en una mezcla entre lo nuevo y lo viejo. No olvidar: ¡probar el chocolate!

Considerada “la plaza más hermosa de Europa”, Grand Place está circundada por casitas barrocas y enormes edificios góticos que se embellecen con su mercado de flores y eventos culturales. Nada más que decir, sólo conocerla personalmente.

La Segunda Guerra Mundial azotó a Bélgica de tal manera que muchas construcciones se redujeron a cenizas. No ocurrió lo mismo con El Ayuntamiento que data del 1402, admirado sobreviviente a los bombardeos; que aún conserva su estatua de San Miguel en la punta de la torre principal.

Si preferís hacer compras tenés que pasar por las Galerías Reales de Saint Hubert, primer pasaje comercial europeo. Ubicación: Rue des Bouchers.

Por último, conocer la parte moderna de Bruselas es posible en el Palacio Real y el Parlamento que se hallan muy cerca y ofrecen interesantes visitas guíadas; frente al Parque de Bruselas , sede de la Fiesta Nacional Belga.